# 020 | DAR PARA RECIBIR

"Cuentos del Pastor", by: - 1 febrero, 2018

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Un profesional desempleado, despertó una mañana y revisó su bolsillo. Todo lo que le quedaba eran $20.

Decidió utilizarlos para comprar comida en un comedor, y esperar así la hora de morir; ya que era demasiado orgulloso como para pedir limosna.
Estaba tan frustrado por no encontrar empleo, y no tenía a nadie disponible para ayudarle.

Compró su comida y en cuanto se sentó a comer, un anciano y dos pequeños niños se le acercaron y le pidieron que les diera comida; ya que no habían comido en casi una semana.
El profesional los miró. Estaban tan flacos que se les notaban los huesos. Sus ojos se les habían hundido. Con el último pedazo de compasión que le quedaba, les dio toda su comida.
El anciano y los niños oraron para que Dios le diera bendiciones y prosperidad, y le dieron una moneda muy antigua. El joven profesional les dijo:

–»¡Ustedes necesitan esa oración más que yo!». –

Sin dinero, sin empleo y sin comida, el joven fue debajo de un puente a descansar y esperar la hora de su muerte.
Estaba a punto de quedarse dormido, cuando vio un viejo periódico en el suelo. Lo levantó, y de repente leyó un anuncio para los que tuvieran monedas antiguas, las llevaran a cierta dirección.
Decidió ir a ese lugar con la moneda antigua que el anciano le había dado.

Al llegar al lugar, mostró la moneda al propietario. El propietario excitado gritó, sacó un gran libro y le mostró al joven una foto.
¡Era la misma moneda, cuyo valor era de $3 millones de dólares!

El joven estaba muy emocionado. El propietario le dio un cheque bancario, el joven lo cobró y se fue en búsqueda del anciano y de los niños.

Para cuando llegó a donde los dejó comiendo, ya no estaban.

Le preguntó al dueño del comedor si los conocía. El dueño le dijo que no los conocía, pero que le habían dejado una nota. Rápidamente abrió la nota pensando que averiguaría donde encontrarlos.
Esto era lo que la nota decía:

-«Nos diste todo lo que tenías, y te hemos recompensado con la moneda. – Firma: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Reflexión

Dar para recibir.

La operatoria parece que no dará nunca un resultado positivo, y especialmente si estamos haciendo una resta. ¿Cómo tener más si damos lo poco que tenemos? Pero es como resultan las cosas en Dios.

No recibimos más porque hemos cerrado la mano. En el afán de no perder y de retener, dejamos que las oportunidades de recibir pasen de largo.

Un joven rico se acercó a Jesús, para preguntar que le faltaba. Y Él le dijo:

-“¡Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme! “ – (Lc. 18.22 – RVR 1960)

Estaban proponiéndole el mejor negocio de su vida, pero el muchacho no lo entendió. Sus riquezas estaban medidas por posesiones materiales y no las espirituales. Su corazón no estaba en el lugar correcto.

El principio de la riqueza no se aprende de otra manera sino a partir del dar.

No habrá riqueza material si nuestro corazón no está preparado. Si todavía pensamos el “tener” como condición para “ser” nunca seremos prosperados. Debemos “ser” para luego “tener” y no funciona de otra manera.

Hoy pasará alguien por nuestra vida. Alguien con necesidad golpeará la puerta del dar. Hoy puede comenzar nuestra verdadera riqueza, y especialmente en el cielo y en el corazón.

Pastor Rubén Herrera

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