# 005 | LA PUERTA NEGRA

"Cuentos del Pastor", by: - 1 febrero, 2018

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Erase una vez un reino…
En este reino había un rey que era muy polémico por sus acciones, tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala. Los prisioneros eran colocados en grandes hileras en el centro de la sala y el rey gritaba diciéndoles:

– «Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la sala.»-Al hacer esto, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción.

-«Ahora, –continuaba el rey- miren hacia el rincón del lado izquierdo.» –
Al hacer esto, todos los prisioneros notaban que había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver.

En verdad, algo verdaderamente horrible de imaginar, mucho más para ver.

El rey se colocaba en el centro de la sala y gritaba:

– «Ahora escojan, ¿qué es lo que ustedes quieren? ¿Morir clavados por flechas o abrir rápidamente aquella puerta negra mientras los dejo entrar por allí? Ahora decidan, tienen libre albedrío, escojan.» –

Todos los prisioneros tenían el mismo comportamiento; a la hora de tomar la decisión, ellos llegaban cerca de la horrorosa puerta negra de más de cuatro metros de altura, miraban los cadáveres, la sangre humana y los esqueletos con leyendas escritas del tipo: – «Elijo morir» – y decidían: -«Prefiero morir atravesado por las fechas.» –

Uno a uno, todos actuaban de la misma forma, miraban la puerta negra y a los arqueros de la muerte y decían al rey:
– «Prefiero ser atravesado por flechas a abrir esa puerta y entrar allí». – Millares optaron por lo que estaban viendo: la muerte por las flechas.

Un día, la guerra terminó. Pasado el tiempo, uno de los soldados del «pelotón de flechas» estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el rey.

El soldado con toda reverencia y un poco temeroso, preguntó:

– «Sabes, gran rey, yo siempre tuve una curiosidad, no se enfade con mi pregunta, pero, ¿qué es lo que hay detrás de aquella puerta negra?» –

El rey respondió:

-“Pues bien, ve y abre esa puerta negra.” –

El soldado, temeroso, abrió cautelosamente la puerta y sintió un rayo puro de sol besar el suelo de la enorme sala, abrió un poco más la puerta y más luz y un delicioso aroma a verde llenaron el lugar.
El soldado notó que la puerta negra daba hacia un campo que apuntaba a un gran camino.

Fue ahí que el soldado se dio cuenta de que la puerta negra llevaba hacia la libertad.

Reflexión

La libertad no es lo que alguien te pueda mostrar, ni mucho menos algo con lo que alguien te quiera impresionar.

La libertad es una experiencia personal en Dios y por Dios. Una desafiante elección en la vida; un riesgo personal y necesario.

Y para todos la libertad se encuentra detrás de la puerta; y la puerta de llama Jesucristo.

“Así que, si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres”. – (Juan 8.36 – RVR 1960)

Es interesante ver como la Iglesia está siendo impresionada, cautivada y fácilmente llevada a una elección equivocada todos los días.

Miles son arrastrados por la psicología en masa de un astuto y diabólico predicador, que entretiene a su auditorio fascinándoles con lo temporal y superfluo.

Hoy preferimos las flechas alucinógenas de la prosperidad y de lo nuevo, que elegir el camino de la conversión, del arrepentimiento, la santidad y el temor de Dios.

Los cristianos del primer siglo no tenían temor a la muerte y a enfrentar las consecuencias de vivir una vida diferente, consagrada y santa.

Ellos no huían de la “puerta negra”; al contrario, la procuraban con todas sus fuerzas.

No había un precio que pagar, era el simple resultado de una elección: seguir a Jesucristo.

No se habían entregado a una nueva forma de pensar, a una nueva manera de vivir o a una nueva doctrina emergente.

Se habían entregado a Alguien y este Alguien posee un carácter y una naturaleza que requiere de renunciamientos.

-Convenientes maneras de mantenernos alejado de la puerta…

Hoy a la vida Cristocéntrica se la está definiendo como esa puerta dantesca a la que no se invita atravesar.

Tener una vida Cristocéntrica se define como lo antiguo, lo religioso, lo legalista y por lo que ya no es necesario pasar.

La búsqueda personal en oración y ayuno es parte de la historia de “hermanitos que no tenían revelación”.

La pobreza y la necesidad fue el resultado de que “no tenían fe”.

Las dificultades y los problemas que atravesaron fueron porque estaban “fuera de o sin cobertura”.

Hoy la lectura de la Palabra no es necesaria y hasta puede ser peligrosa; puede que “la letra te mate”, o peor que te agarre el “espíritu de Grecia”.

La relación con el Espíritu Santo ya no es necesaria, sólo debes ser “un buen hijo” y tener “un padre espiritual” que vele por ti.

Se está alejando a la Iglesia de lo único que puede darnos discernimiento: la Palabra y el Espíritu Santo.

-Recordemos lo siguiente:

  • Nos hemos entregado a Cristo Jesús. NO a un hombre mortal, una denominación u organización humana.
  • El nos ha hechos hijos de Dios. NO hijos de un hombre o mujer más espiritual.
  • Somos Su propiedad y nos cela. No le pertenecemos a otro u otros.
  • El quiere relacionarse con nosotros íntima y personalmente. No necesita intermediarios.
  • Nos ha dejado de su Espíritu Santo que nos guiará a toda verdad, NO motivadores y carismáticos predicadores.
  • Nos ha dejado su Palabra para amarla, guardarla y obedecerla, NO libros de autoayuda o adoctrinamiento religioso.
  • El viene pronto por su Iglesia y espera encontrarnos en la fe. NO en la lista de membrecía de la congregación más grande y famosa.

El Rey invita a elegir una vez más… ¿A la derecha o a la izquierda?

-“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Yahweh el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Yahweh”. – (Is. 55. 6-8 – RVR 1960)

-“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán”. – (Lucas 13.24 – RVR 1960)

Pastor Rubén Herrera

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