# 002 | LAS PIEDRAS

"Cuentos del Pastor", by: - 1 febrero, 2018

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Cierto día un motivador experto estaba dando una conferencia sobre gestión de tiempo a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaran.

De pie frente al auditorio de gente muy exitosa dijo:

– Quisiera hacerles un pequeño examen… –

De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro.

Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio:

– ¿Está lleno este jarro? –
Todos los asistentes dijeron: – ¡Sí!-

Entonces dijo: – ¿Están seguros? –

Y sacó de debajo de la mesa un balde con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes.

Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más:

– ¿Está lleno este jarro? –

Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: – “Probablemente no”. –

-¡Muy bien! – contestó el expositor.

Sacó de debajo de la mesa un balde lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.
Una vez más pregunto al grupo:

– ¿Está lleno este jarro? –
Esta vez varias personas respondieron a coro: – ¡No! –

Una vez más el expositor dijo: – ¡Muy bien! –

Luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó:

-¿Cual creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración? –

Uno de los espectadores levantó la mano y dijo:

– La enseñanza es que no importa como de lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas. –

-¡No! – replicó el expositor, esa no es la enseñanza.

La enseñanza es que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento. –

Reflexión

Estamos en un tiempo de la historia donde la Iglesia se está llenando de agua y arena, y donde ya no hay lugar para las piedras grandes.

Las prédicas y los mensajes que escuchamos ya no contienen sólida y sana doctrina. Hemos llegado al punto de considerar a esta última como algo “muy básico”. Hemos dicho que estamos para “otro nivel”.

Lo cierto es que, hoy no contamos con el conocimiento “básico” de nuestros predecesores (piedras grandes). Hoy desconocemos la doctrina, la persona y el carácter de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Hoy desconocemos la Palabra. La enseñanza del Nuevo Testamento ha sido sagazmente cambiada por fábulas (agua) y en el mejor de los casos por promesas del Antiguo Pacto (arena).

No nos dejemos confundir ni engañar; no estamos, ni vamos a lo mejor sino a lo peor. Este no es un tiempo de más revelación, sino de peligrosa confusión.

Leamos lo que nos dice la Escritura:

-“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostataran de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrina de demonios por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia…” – (1 Tim 4. 1-2 – RVR 1960)

“Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará a la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que sólo les enseñen lo que ellos quieran oír”.  – (2 Tim 4.3 – RVR 1960)

Muchos se están extraviando y han dejado de perseverar en la doctrina de Cristo y no es una cosa menor…

Desde el tiempo y la distancia Juan advierte:

-“Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese si tiene al Padre y al Hijo”. – (2 Juan 8 y 9 – RVR 1960)

Pastor Rubén Herrera

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